Interesante exposición de Marina Escalona en la tarde de hoy, sobre un asunto tan vital como la AUTOESTIMA, cuya carencia (o exceso) es el foco de multitud de problemas durante la adolescencia y que se extienden hasta bien avanzada nuestra vida adulta.

Ayudar a nuestros hijos a conocerse es una de nuestras principales misiones como padres y educadores, conseguir dotarles de habilidades para que sean capaces de respetarse a sí mismos y responder a preguntas como ¿quién soy yo? ¿cómo es el mundo? ¿qué puedo hacer yo en él?, además de ofrecerles experiencias que les ayuden a sentirse válidos y capaces.

Nuestra labor como padres es ver qué ser humano tenemos delante. Debemos comprender y valorar a nuestros hijos como individuos únicos con sus propias fortalezas y debilidades, y no como un prototipo o una expectativa a cumplir.

Para ello, necesitamos trabajar con ellos para fortalecer su interior, su autonomía (a través de la confianza), su identidad (valorando su singularidad), su capacidad (reforzando su tolerancia a la frustración), su seguridad en su entorno (haciéndoles preguntas más que dándoles consejos y respetando su individualidad) y su manejo de la realidad (a través del reconocimiento, la libertad y la responsabilidad).

Fue mucho lo que nos llevamos a casa para reflexionar, de la mano de nuestra Escuela de Padres.